Hoy nos hemos acercado a la capilla de la Asunción y San Antonio de Padua en La Mella, Zalla, con una mirada diferente. Aprovechando la invitación de las Jornadas Europeas de Patrimonio a reflexionar sobre las relaciones entre patrimonio cultural y educación, nos hemos preguntado cuántas cosas se pueden aprender al mirar a su cúpula. Y hemos querido huir de las más obvias, las que suelen estar presentes en cualquier visita: los datos históricos, la descripción de su estilo artístico, las vicisitudes que acompañaron a su construcción. Hemos preferido plantear un reto: ¿puede una cúpula del siglo XVIII transmitirnos conocimientos científicos?

Gracias a José Luis Ruiz y Annibal González de Riancho hemos visto que sí, que los muros y nervaduras de esta pequeña iglesia se sostienen gracias a principios físicos. También hemos podido entender la importancia de los procesos químicos para la conservación de la piedra y la madera con que está construida. Y que sin profundos conocimientos de geometría no habría sido posible el elegante diseño con que se cubre.

Es más: hemos aprendido cómo, en el siglo XVIII, los números sujetaron una cúpula y cómo, ya en el XXI, esos mismos números están ayudando a conservarla y mantenerla para las generaciones futuras.

Poniendo especial cuidado en cumplir todas las medidas de prevención y seguridad, más de 30 personas han visto hoy la capilla de La Mella elevada a la enésima potencia. ¡Una visita para repetir!